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La OLP por dentro: la historia oculta de los dirigentes palestinos

El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, habla durante una reunión de los líderes palestinos en Ramallah, 18 de agosto de 2020. Foto de Flash90

En mayo de 1982, un doctorando palestino de la Universidad Patrice Lumumba de Moscú terminó su tesis doctoral. El trabajo, titulado «The Other Side: La relación secreta entre nazismo y sionismo», presentaba afirmaciones descarnadas: que los líderes sionistas eran “socios básicos en el crimen” de los nazis, que el movimiento incitaba deliberadamente al odio nazi contra los judíos para alimentar el exterminio masivo, que la cifra ampliamente aceptada de seis millones de víctimas del Holocausto era una “mentira fantástica” y que el sionismo compartía paralelismos ideológicos con las teorías raciales nazis. El estudiante llegó a sostener que la Conferencia de Biltmore de 1942 había provocado a Hitler para que acelerara la Solución Final. La controvertida tesis del candidato le valió el título de Candidato en Ciencias, equivalente a un doctorado en las universidades occidentales.

El estudiante se llamaba Mahmud Abbas, que hoy es presidente de la Autoridad Palestina y presidente de la OLP (Organización para la Liberación de Palestina), la organización en la que confían ahora las potencias occidentales para dirigir un Estado palestino. Este artículo examinará por qué esa confianza puede estar peligrosamente equivocada, analizando el historial de terrorismo, engaño e ideología extremista de la OLP que persiste bajo su barniz diplomático.

La mano oculta de Moscú

La elección de Moscú para los estudios de Abbas no fue casual. A principios de la década de 1980, la Unión Soviética había desarrollado profundos vínculos con los dirigentes palestinos, considerándolos valiosos activos en su estrategia de la Guerra Fría. El propio Abbas fue registrado como agente del KGB bajo el nombre en clave de «Krotov» (topo), trabajando directamente con Mikhail Bogdanov, el jefe de la estación del KGB en Damasco - un hecho revelado a través del Archivo Mitrokhin, una completa colección de documentos de la KGB sacados de contrabando por el antiguo archivista del KGB Vasili Mitrokhin tras desertar al Reino Unido. El archivo, considerado una de las filtraciones de inteligencia más importantes de la historia, puso al descubierto el profundo alcance de la penetración soviética en las organizaciones palestinas. Esta conexión ejemplificaba un patrón más amplio de influencia soviética sobre las organizaciones palestinas, meticulosamente documentado en los archivos de Mitrokhin.

La influencia del KGB se extendió mucho más allá de Abbas. A lo largo de las décadas de 1960 y 1970, la Unión Soviética proporcionó entrenamiento militar, educación ideológica y orientación estratégica a los operativos de la OLP. Esta relación contribuyó a dar forma al enfoque táctico de la organización, que combinaba la guerra de guerrillas con la manipulación política, una estrategia que más tarde evolucionaría hasta convertirse en la característica mezcla de diplomacia y terrorismo de la OLP. La identidad palestina fue en muchos sentidos una maniobra de desinformación rusa desde el principio.

La campaña del terror: Una estrategia sistemática

Las semillas del actual liderazgo palestino se plantaron a finales de la década de 1950, cuando Yasser Arafat y sus socios fundaron Fatah como un movimiento revolucionario independiente dedicado a la lucha armada contra Israel.

Aunque Arafat construyó su personalidad de líder en torno a su nacimiento en Jerusalén, numerosas pruebas demuestran que nació en El Cairo, Egipto, el 24 de agosto de 1929. Su partida de nacimiento egipcia, encontrada por múltiples biógrafos, sitúa definitivamente su nacimiento en El Cairo, donde su padre, natural de Gaza, tenía un negocio. Este patrón de manipulación narrativa se convertiría en un emblema de la dirección de la OLP: presentar una cara a Occidente mientras se mantiene una realidad diferente. A pesar de la clara documentación que incluía su partida de nacimiento y la extensa investigación biográfica que confirmaba sus orígenes en El Cairo, Arafat reivindicó constantemente Jerusalén como su lugar de nacimiento, probablemente para reforzar sus credenciales como líder palestino y su conexión con la ciudad santa. Este temprano ejemplo de elaboración estratégica de la identidad prefiguraría décadas de compleja relación de los dirigentes de la OLP con la verdad y la diplomacia internacional.

Mientras Al Fatah llevaba a cabo incursiones guerrilleras para establecer sus credenciales militantes, la OLP fue creada en 1964 por el presidente egipcio Gamal Abdel Nasser como instrumento para controlar el nacionalismo palestino. El momento decisivo llegó tras la Guerra de los Seis Días de 1967, con los ejércitos árabes derrotados y las poblaciones palestinas bajo control israelí. El mensaje de Fatah de lucha armada y autosuficiencia resonó con suficiente fuerza como para que la organización se hiciera con el control de los órganos ejecutivos de la OLP en 1969, y Arafat asumiera la presidencia, cargo que ocuparía hasta su muerte en 2004.

La campaña de terror de la OLP de la década de 1970 representó una estrategia calculada para internacionalizar la causa palestina. Entre los principales atentados se incluyen:

- La masacre de los Juegos Olímpicos de Munich (1972): Septiembre Negro, filial de la OLP, asesinó a 11 atletas israelíes.

- La masacre de Ma'alot (1974): 21 escolares asesinados en el norte de Israel

- La masacre de la carretera costera (1978): 37 civiles asesinados en el secuestro de un autobús

- El ataque al hotel Savoy (1975): Múltiples civiles muertos en Tel Aviv

- El secuestro del Achille Lauro (1985): Asesinato de un pasajero estadounidense de edad avanzada

Estos atentados tenían múltiples objetivos. Estaban diseñados para generar atención mediática internacional, desmoralizar a la sociedad israelí, demostrar las capacidades militares palestinas y forzar el reconocimiento diplomático de las demandas palestinas a través del terror.

Los años del Líbano: La construcción de un Estado dentro de otro Estado

Tras ser expulsada de Jordania en «Septiembre Negro» de 1970, la organización estableció en Líbano prácticamente un Estado dentro de otro Estado. La presencia de la OLP en Líbano (1970-1982) representó su máximo poder militar y político. Esta estructura de gobierno paralela incluía bases militares y campos de entrenamiento, amplias instituciones administrativas, servicios sociales para los refugiados palestinos y oficinas diplomáticas internacionales. El mayor objetivo operativo eran los atentados terroristas contra Israel.

La invasión israelí de 1982 puso fin a esta edad de oro, obligando a los dirigentes de la OLP a un lejano exilio en Túnez.

El engaño del proceso de paz: La estrategia de Hudaybiyyah

Arafat aprovechó los años siguientes para ganarse el apoyo internacional. Cultivó la imagen de un luchador por la libertad que luchaba por una causa justa. El doble juego de Arafat resultó ser la estrategia definitoria de la OLP. La adopción de la diplomacia por parte de la organización a partir de 1988 reflejó lo que el propio Arafat denominó la «paz de Hudaybiyyah», en referencia a un precedente histórico islámico en el que un tratado de paz se utilizaba como una retirada táctica temporal. En discursos privados en árabe, Arafat contradecía regularmente sus declaraciones públicas en inglés ante audiencias occidentales.

Mientras participaba en las conversaciones de paz, la OLP siguió financiando y apoyando actividades terroristas, violó sistemáticamente los compromisos de los Acuerdos de Oslo y, en última instancia, lanzó la Segunda Intifada tras rechazar las ofertas de paz que habrían establecido un Estado palestino.

La paradoja del Premio Nobel de la Paz de 1994 a Arafat ejemplifica la disposición de la comunidad internacional a aceptar gestos teatrales en lugar de cambios sustanciales. Mientras recibía elogios por la paz, la OLP mantenía unidades militares bajo diversas entidades y continuaba con la incitación antiisraelí en los medios de comunicación y la educación palestinos. La organización mantuvo el objetivo de la destrucción final de Israel en documentos internos, al tiempo que desviaba ayuda internacional para financiar el terrorismo. Tras la muerte de Arafat, Abbas heredó y mantuvo este sistema de corrupción y doble discurso, al tiempo que se enriquecía a sí mismo y a su círculo íntimo con los miles de millones de ayuda internacional destinada al pueblo palestino.

La Autoridad Palestina bajo control de la OLP: Manipulación diplomática

Tras la muerte de Arafat, Abbas asumió el control y, bajo su dirección, la Autoridad Palestina se ha convertido en un estudio de corrupción institucional. La organización no ha rendido cuentas de miles de millones en ayuda internacional, ha instituido el nepotismo y el amiguismo generalizados en todas sus filas, ha mantenido el «Fondo de los Mártires» que paga salarios a los terroristas, ha suprimido sistemáticamente la oposición política y ha manipulado repetidamente los procesos electorales.

Abbas ha perfeccionado una estrategia de manipulación diplomática. Se niega sistemáticamente a entablar negociaciones directas mientras culpa a Israel de la falta de progresos, mantiene la incitación antiisraelí mientras habla de paz ante audiencias internacionales, utiliza los foros internacionales para deslegitimar a Israel y apoya la «resistencia popular» mientras afirma oponerse a la violencia.

El historial de la AP bajo el liderazgo de la OLP demostró una incapacidad total para mantener las infraestructuras básicas, fracasó sistemáticamente en el desarrollo de instituciones democráticas, siguió dependiendo por completo de la ayuda exterior para su supervivencia económica, se mostró incapaz de controlar a las facciones militantes y perpetuó la corrupción sistemática en todos los niveles de gobierno.

La historia de la OLP revela un patrón constante de uso de la diplomacia como herramienta táctica mientras mantiene una hostilidad estratégica hacia Israel. A pesar de décadas de apoyo occidental y de miles de millones en ayudas, los dirigentes de la organización han creado instituciones corruptas al servicio de sus intereses personales y no de las necesidades palestinas, mientras que su objetivo último sigue siendo la sustitución de Israel en lugar de aceptar la coexistencia.

¿Es la OLP mejor que Hamás?

El ascenso de Hamás ha permitido a la OLP posicionarse como «moderada» sin dejar de mantener objetivos fundamentalmente similares. La OLP sigue compitiendo con Hamás por el apoyo popular mediante acciones antiisraelíes, se coordina con ellos entre bastidores cuando le conviene y utiliza cínicamente a Hamás como reclamo para obtener el apoyo y la legitimidad de Occidente.

La percepción común de Occidente de que la Autoridad Palestina dirigida por la OLP/Fatah representa una alternativa más moderada a Hamás merece ser analizada. Mientras que Hamás declara abiertamente su ideología fundamentalista islámica y su compromiso con la lucha armada, la historia de la OLP sugiere una forma más matizada de extremismo enmascarado por la sofisticación diplomática. Tanto con Arafat como con Abbas, la OLP ha mantenido una doble estrategia: presentar una cara laica y diplomática ante el público occidental mientras socavaba en privado los esfuerzos de paz.

La fachada laica de la OLP refleja la de otras autocracias de Oriente Medio que han devastado sus regiones. Al igual que el régimen de Sadam Husein en Irak y el de Assad en Siria, la OLP representa una alternativa supuestamente laica al extremismo religioso, pero ejerce niveles comparables de violencia y opresión. Estos regímenes, aunque no eran abiertamente islamistas, demostraron ser tan capaces de cometer atrocidades masivas y desestabilizar la región como sus homólogos religiosos. Teniendo en cuenta este patrón histórico, debemos preguntarnos: ¿Queremos establecer otro Estado de este tipo en el corazón de Oriente Próximo?

A cada árbol se le conoce por su fruto

En la disertación de Abbas en Moscú está la clave para comprender la verdadera naturaleza de la OLP: una organización construida sobre el revisionismo histórico, el extremismo ideológico y el engaño táctico. Su disertación equiparaba a las víctimas con sus verdugos, a los salvadores con los asesinos y al movimiento para salvar a los judíos con el movimiento para exterminarlos.

Cabe destacar que Abbas nunca se ha disculpado explícitamente ni se ha retractado de las afirmaciones hechas en su disertación. Si bien emitió una disculpa en 2018 por comentarios polémicos que sugerían que el comportamiento judío causó el Holocausto, esto se limitó específicamente a ese discurso y no abordó su trabajo académico anterior que había sentado las bases para tal pensamiento.

Cuando la disertación de Abbas incurrió en una equivalencia moral entre víctimas y perpetradores, no debemos cometer el mismo error. Los gestos diplomáticos de la OLP y su actual posición política no borran su historia de terrorismo, ni cualifican a una organización construida sobre tales cimientos para que se le confíe un Estado.

Tolik es un productor y guionista israelí con una variada carrera en los medios de comunicación israelíes. Ha escrito para numerosos programas populares de la televisión israelí y colaborado con varias cadenas de televisión y periódicos, y tiene experiencia como guionista, redactor publicitario y publicista.

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